lunes, 12 de enero de 2015

Mañana es el día de mi muerte





Vendrá la muerte y tendrá tus ojos
-esta muerte que nos acompaña
de la mañana a la noche, insomne,
sorda, como un viejo remordimiento

o un vicio absurdo-.
...
Para todos tiene la muerte una mirada.
...
Cesare Pavese





Mañana es el día de mi muerte.
Eso han decidido, parece, y yo misma
estoy de acuerdo.

No puedo decir que sea un día inesperado,
ya no.
Será mañana;
la hora exacta es imposible saberla.
Yo preferiría bien temprano pero 
eso está todavía en blanco,
no han querido rellenarlo. 

No dejo nada a medias,
mis cuentas saldadas,
todo en orden. Tal vez algún
detalle se me escapa [peccata minuta].
Nada importante si no lo he previsto antes.

No me imaginaba 
tan conforme, tan adaptada
a este sino al que todos estamos abocados.
Puede que parezca pronto para algunos, 
para otros, no; simplemente me toca ya.
Para mí, y eso es lo importante,
está bien que sea mañana, 
no me incomoda
en absoluto. Mañana será el día.

He vivido dentro de unos límites,
impuestos o propios, pero he conseguido
llenar mi existencia: respirar tranquila y sentir 
los besos dados y recibidos.
He amado y odiado 
intensamente, aprovechando 
en cada caso la embestida: filias y fobias
casi empatadas.
Todo cuanto he hecho, hecho está, sin culpa
recojo los escombros de ruinas pasadas.
Lo que dejé de hacer queda
imaginado y ya asumo el momento
en el que jamás tendré otra oportunidad.

Balance no voy a hacer,
no quiero tenerlo todo en cuenta;
solo me importa hoy, el día antes 
de mañana. Si he llegado aquí,
todo cuadra. 

Espero relajada estar 
a la altura de las circunstancias.
No me gustaría pasar por alguien 
que diciendo que sí,
luego es que no.


Teo
12 enero 2015




No hay comentarios:

Publicar un comentario