martes, 6 de septiembre de 2016

Lukas





Verlo es tener que mirarlo.
Con atención fijarte en sus colores: fuego y negro.

Perfiladas orejas.
Ojos redonditos.
Hocico perfecto.
Silueta pincelada.
Anubis dibujado.

Patitas, cuatro palitos fuertes 
que lo plantan erguido y vanidoso.
La resistencia en sus andares
trotones, la tensión muscular 
y ese porte lleno de armonía
siempre.

Raza mini. Corazón maxi.

Intrépido, atento, valiente.
Alcahuete y activo.
Extrovertido, vigilante.
Todo nervio, solo vencido por el sueño.

Verlo y sentir su energía:
gracioso, dominante, protestón,
todo un personaje.

Cuatro kilos de protagonismo.
La estrella invitada.
Elegante y presumido.
Descarado, poderoso. 
Testarudo, sentimental.
Listo y preparado, sabiendo lo que quiere.
Un no nunca esperado.
Consentido, mimado
de cachorro y después también.

Incansable, nunca pierde la ocasión
de hacerse notar. Para que sepas quién es.
Impaciente te desafía y te gana con una ternura 
excesiva que se desborda en esa carita
de niño bueno, peluche adorable,
terciopelo en el tacto y amor a cuatro patas.

Si lo ves, no puedes dejar de mirarlo.
No te atreverías a rechazar semejante espectáculo.
Una luz toca tu alma, enamorándote.




Teo
6 septiembre 2016










No hay comentarios:

Publicar un comentario