Hoy he hecho el amor contigo.
Lo hemos hecho varias veces.
El amor bien hecho.
Lo hicimos por la mañana,
cuando rocé tu pelo con mi boca,
en la cama, casi amaneciendo,
la luz dispuesta a colarse
a través de la persiana.
Tú te volviste con los ojos
aún cerrados
y buscaste mis labios...
Esta tarde hicimos el amor.
Volvías del trabajo
y me miraste:
no sé qué viste, pero me hiciste
creer que estaba en mí
lo que buscabas,
lo que te hacía feliz.
Anochecía y volvimos al amor
(a hacerlo, me refiero).
En el cálido descanso
caímos en el éxtasis, en el clímax
de la piel que se toca:
de las manos cogidas en el sofá
del salón.
Hago el amor contigo,
consumo el acto a diario.
No una, ni dos, ni tres...
Porque el amor
nos hace un lío,
nos enreda fuerte
con su invisible hilo
de ternura, de deseo.
Cuerpos magnetizados
que se atraen.
Admiración continua.
No hay momento que se resista.
Y el amor se hace.
Teo
20 Marzo 2014
Que maravillosa paz...
ResponderEliminarSiempre hacer el amor mejor que la guerra:))
EliminarMuchas gracias, Javier, por pasarte.