Para tantos y tan grandes farsantes
con los que me topo y a los que
de todo corazón
odio.
Cuánto asco me dais,
sin saberlo vosotros
sois lo primero
que maldigo al levantarme.
Maldigo vuestras mentiras,
maldigo la hipocresía
con la que os contoneáis
creyendo que pasáis
por buenos.
Panda de sinvergüenzas
venidos a mucho
con poco cerebro.
Santurrones y santurronas
con traje de domingo
y coturnos rojos de demonio.
Cómo me provocáis
el más despreciable
de los epítetos,
el más bazofia de los sustantivos.
Veis (por lo que ya sabéis) de oídas,
por rumores, de los recuerdos viciados
de vuestra débil mente,
paseando vuestra indiferencia
clara e indigna como vosotros.
¿Son de verdad
esos ojos que lleváis
puestos o solo los dejáis caer en las cuencas?
Teo.
17 Febrero 2014.
Cada vez me gustan más tus poemas.
ResponderEliminarBravo!!
Gracias :))
EliminarDemasiados lobos con traje de cordero.
Un abrazo, Javier.