He muerto tantas veces,
tantas veces...
que creo que ya no puedo morirme más.
Y justo cuando me veo inmortal,
sintiéndome eterna,
expiro mi último suspiro y
otra vez muero.
Y así, muriendo,
voy viviendo.
Todo cuanto puedo hacer
es seguir este camino
tan seguro de vida y muerte.
Morir no es llegar
al final.
Vivir
es la verdadera meta.
Teo
23 Septiembre 2013
Pura sensibilidad
ResponderEliminarGracias Javier por pasarte y comentar. Tu sensibilidad siempre a flor de piel. Un abrazo, amigo :)
Eliminar