Con la puerta cerrada
entraste y quedaron abiertas
de par en par las ventanas.
Entró el aire fresco de la mañana,
se lleno de perfume
y de aromas la sala...
Todo se impregnó de
caricias suaves y
de miradas.
Ocupaste mi espacio.
Me devolviste una
mañana sin prisa,
unas ganas inmensas
de vivir y de ser.
Por tantos besos dados
todo se transformó en silencio:
ya no cabían palabras
porque las palabras engañan
muchas veces y nos hacen
pequeños dando explicaciones
que no dicen nada
sino huecos en balde, ineficaces.
Se abrió la puerta
y salimos libres
para volver esclavas
de un sueño tan real...
Teo
22 Junio 2013
Sensibilidad pura de un gran amor...sin duda.
ResponderEliminarGracias Javier, me gusta que recojas mis versos siempre con tanta generosidad. A propósito, de "sensibilidad" tú sabes un rato :)))
EliminarUn abrazo compañero <8>