Comunícate conmigo

Explícame,
aunque sea con tus palabras,
cómo son las cosas por allí...

No temas impresionarme.
No me son ajenos los fantasmas,
las ratas del inframundo
tienen réplica aquí arriba.

Siempre he querido decirte esto:
cuéntame un cuento. Algo
entretenido para pasar el rato
contigo.

Si quieres empiezo yo, con algunas
novedades no muy gratas.
Llueve tanto...
Lluvia ácida mezclada con rabia
y desesperanza.
Es un mar de vacío sin
soluciones, básicamente nada.

Todo ha empeorado pero con
vocación de tragedia.
Millones y millones de euros...
Inocentes manos amputadas,
culpables de nada...
Ojos, bocas, oídos sordos ante
el dolor, la miseria, el suicidio y
sus locuras.
Más llanto, más callejón sin
salida y sin embargo más ganas
de soñar con un viento que lo arrastre
todo. Todo lo que nos han pegado
a la espalda.
Por la mañana temprano tienes
una lista de prioridades. Curiosamente
inversa
a los que mandan, tan llenos
de buenas intenciones todos, tan
parecidos todos, amigos de mentiras
sin control, compulsión de embustes,
ristra de chorizos incomible,
insufrible... Porque
todo tiene un límite, hasta ellos
que se creen intocables...

No querría cansarte con problemas
mundanos, de este país que nos tenía
encantados,
viviendo una realidad
ficticia, de papel mojado. Un querer y no
poder, el resumen del ciudadano medio,
según grandes estudios a posteriori,
o algo así, qué sé yo.


Afortunadamente
tú ya vives tranquila
sin tanto sobresalto.
Estoy segura de que esta época
ya no es la tuya, y mejor así.
Hubieras sido diana para sus
propósitos: dependiente, mayor,
parada, mujer...


Y ahora te toca a ti.
No digas que lo tuyo es inefable...
No puede ser. Tú no eras de las que te
quedabas callada. Haz un esfuerzo
dentro de tu espacio etéreo, comunícate
conmigo.




Mensaje enviado hoy
4 de Mayo de 2013,
a las  09:17


Teo

     Mi madre y yo
     Fotos tomadas en junio de 2003