Rozas mi alma
mirándome de esa manera.
La rozas y me penetras,
mujer de alma de nácar,
tan entera, tan frágil.
¿Dónde escondes toda tu esencia?
Derramando fragancia,
poco a poco,
día a día,
Empapándome,
calando los huesos
de mi esqueleto de algodón,
toronjas chorreantes
absorbiendo el líquido
misterioso de tu perfume.
Mujer de piel de espejo
donde me miro,
cómo reflejas mi silueta,
mi ser.
Como un caleidoscopio
me cuelo en cada uno
de tus espejos, ocupando tu
espacio, renaciendo en ti,
tan generosa...
Mujer, voz hecha eco
que resuena en mis oídos
en silencio convertido
como fondo musical,
y superpuestas
todas las palabras que
pueda oír,
todos los reclamos
de otros labios bajo tu
melodía permanente.
Mujer guerrera y
corazón valiente,
muriendo
cada día en la batalla,
convenciendo a un ejército
de amedrantados incapaces,
mostrando tus heridas
que te han hecho tan fuerte.
¿Dónde está el rayo que te
impulsa,
el misterio decorado
de tus sueños,
la lágrima que se esconde
reteniéndose?
¿Cómo haces para ser tú?
25 Agosto 2001
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